Iba despavorido. La extraña fuerza que le invadía le obligaba a correr cada vez más rápido sin una razón aparente. ¿Qué ocurría, adonde se dirigía y por qué?

Los transeuntes con los que se cruzaba parecían no verle, y seguían su camino sin temor de verse arrollados.
Atravesaba las calles sorteando los vehículos, zigzagueando entre ellos sin el mínimo roce.

Tras aquella loca carrera arribó a un parque.
La visión de los árboles pareció tranquilizarle en su desvarío.
Disminuyó la velocidad y se detuvo en una explanada donde una multitud de crios ensayaban sus aptitudes acrobáticas en los juegos instalados para el entretenimiento infantil.

En pie, inmóvil como una estatua, contempló cuanto le rodeaba preguntándose qué hacía allí y qué le había llevado a aquella situación.
Justo entonces, observó algo que llamó poderosamente su atención:
Por la oblicua posición del sol; las personas, los árboles, el mobiliario urbano; todo, absolutamente todo, tenía una alargada sombra proyectada en el suelo. Todo excepto él. ¿Donde estaba su sombra?
Buscó a su alrededor en el suelo y ninguna apareció ante sus ojos.
Durante unos instantes creyó estar dormido y soñando aquella situación. Pero no. Aquello no era una pesadilla, estaba convencido de ello.
Aún no había finalizado su sorpresa.
Segundos después otra observación le dejó más asombrado, si aquello era posible.
Buscando su sombra dirigió la vista a los pies, pero no estaban en el suelo. ¿Donde estaban sus pies? Subió la mirada por las piernas, pero no había piernas. Aquello era una locura.- Pensó.- Comprobó el resto del cuerpo,el vientre, los brazos, las manos; nada, no había nada.
No existía, o al menos, el no se encontraba.

Preso de pánico, interpeló a un anciano que paseaba apoyándose en un bastón: “Oiga señor, ¿usted me ve?”
El hombre le observó, pero su mirada se perdió en el fondo del parque sin verle. No respondió.Siguió su camino, murmurando:”cada dia estoy peor”.

Al mismo tiempo, algo lejos de allí…

Lo siento, hemos hecho todo lo posible, pero no lo ha superado.- Dijo el doctor a los afligidos familiares. 

Un saludo

Angel Denic