Mientras movía con parsimonia el humeante café, Ángel observaba con interés el llanto silencioso de aquella preciosa joven,sentada en una mesa próxima a la suya; pensaba que le gustaría conversar con ella y tratar de ayudarla en su tristeza.Pese a no estar convencido de que fuera buena idea; no la conocía de nada¿Quién era él para inmiscuirse en la vida de nadie? Al final se acercó decidido(a la mesa cercana)a entablar conversación con ella.
Buenas tardes, perdona, no quiero molestarte, pero a veces, compartir las penas con alguien, aunque sea un desconocido, ayuda a mitigarlas un poco ¿Permites que me siente?
La joven levantó su mirada hacia la de Ángel y encogió sus hombros con indiferencia, él aprovechó la ambigüedad del gesto para sentarse frente a ella.

Tendría poco más de veinte años, una belleza extraordinaria, acentuada con una tierna expresión que el llanto contribuía a resaltar.
– Me llamo Ángel ¿y tú?
Ella tardó un poco en contestar…
– Julia.
Solo era un palabra, pero había hablado, algo es algo( pensó Ángel) e inició una conversación intrascendente para relajar la situación.
– Soy comercial y estaba haciendo tiempo para visitar a unos clientes cuando abran las tiendas y tú ¿vives por aquí ?
Julia, otra vez retrasó su respuesta.
– Soy enfermera, vivo cerca, en una casa al cuidado de una señora muy enferma; libro sólo la tarde de los miércoles, por eso estoy aquí.
-Pues es una lástima pasar la tarde de descanso llorando ¿qué te pasa?Cuéntamelo, ya somos amigos (bromeó Ángel para dar un aire más relajado) además, tu confianza será como un regalo que me hagas por mi cumpledias
– ¿Cumpledias? ¿A qué te refieres?
Parecía que Ángel conseguía su objetivo, Julia estaba entrando en la conversación.
–  Nací el 28 de julio de 1948 y era miércoles, por eso los miércoles celebro mi cumpledias
– Parece increíble ¡qué casualidad! yo también nací el 28 de julio,pero de 1954 y sé que también era miércoles.
–  ¡Vaya, vaya! pues eso es una señal muy clara, ja,ja,ja.
– ¿ De qué ?
–  De que debemos ser muy similares y nos llevaremos muy bien¿No te parece?
–  Ángel, no te precipites que acabamos de conocernos.
–  Ya verás como tengo razón.Bueno, vamos, explícame tu tristeza.
Al final, Julia accedió.
–  Hace un par de meses conocí a un chico aquí en el bar, era un cliente asiduo, empezamos a salir y el miércoles pasado cuando vine a buscarlo me dijeron que había muerto en un accidente.Hoy he vuelto, y aún no sé por qué.
–  ¡Vaya! Lo siento.Es muy mala suerte lo del chico, pero no tiene solución y hay que aceptarlo; poco a poco pasará, la vida sigue,tienes que distraerte. Prométeme que el próximo miércoles volverás, y yo también vendré; los dos estamos solos, así nos entretendremos mutuamente ¿Hecho?
Julia, retrasó de nuevo su respuesta…
–  De acuerdo, aunque no tengo mucho ánimo para salir, vendré.
Volvieron el miércoles siguiente, y el otro y el otro… tres meses después eran inseparables.

Pensaron en planes de boda, pero sin plazos concretos. Julia sentía un gran cariño por la anciana señora que cuidaba y no estaba dispuesta a abandonarla; estaría a su lado hasta el final.

Pero el destino juega sus cartas …

Continuará el próximo miércoles  😉

Un saludo

Angel Denic