La “frivolidad” según Goebbels
Desde el final del “gran confinamiento”, 4 de mayo de 2020, los peluquer@s hemos vivido momentos de tensión esperando que en cualquier momento nos volvieran a encerrar.
A veces en una comunidad éramos esenciales y en otras no. Así hemos ido navegando en el mar de las dudas, como con casi todas las decisiones de nuestros múltiples gobernantes. Ahora si, ahora no, hoy se hace esto, mañana no. Pero en fin, habrá que soportar lo que venga y tener esperanza.
Esta pandemia me ha hecho recordar a menudo una anécdota de mis tiempos de aprendiz y que no había vuelto a recordar desde entonces.
En Llongueras, era muy habitual que todo el equipo recibiera enseñanzas de psicología, a cargo de un eminente experto. Esto formaba parte de nuestra preparación, al igual que las técnicas de peluquería.
En una de estas sesiones, dedicada a la importancia de la peluquería, el sr.Muñoz-Espinalt nos relató una anécdota, parece ser real y con documento sonoro existente, de la segunda guerra mundial.
Cercano el final de la contienda, el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels, acostumbraba a dar arengas radiofónicas y en ocasiones alguna reprimenda, con el fin de mantener alta la moral de la población.
En una de ellas acusó a las mujeres alemanas de incomprensible “frivolidad” y poco patriotismo.
¿Cómo era posible que en medio de una guerra, las mujeres de pueblos destrozados, fueran capaces de desplazarse a otros, en los que por suerte había quedado una peluquería, simplemente para poder arreglarse el pelo?
El ministro de propaganda nazi, era un gran conocedor del comportamiento de masas, sin embargo, no era capaz de comprender que cuanto peor es nuestra situación anímica y de nuestro entorno, es cuando más necesitamos tener una apariencia mínimamente arreglada. Que no parezcamos abandonados por completo.
Aquellas mujeres, eran capaces de ir al pueblo vecino, entre desolación y terror solo por arreglarse el pelo y no reflejar el abandono físico y la desesperanza.
No es cuestión de modas y frivolidad. La peluquería es necesaria y esencial sobre todo en situaciones caóticas, como por ejemplo, la que estamos viviendo ahora.
¿Podrán entenderlo y comprenderlo todos nuestros gobernantes?
Saludos
A.Denic
