El tiempo.

Y yo, ¿cómo lo veo? - my blog

Su valor y la rentabilidad.

Solo si se puede medir, se puede gestionar”

(Peter Drucker, siglo XX)

Al igual que otras muchas cosas en nuestras vidas, el tiempo, es algo que muchas veces no valoramos hasta que nos quedamos sin él. Lo único de la vida que no podemos recuperar.

Sin embargo, aunque su valor sea incalculable, en nuestra sociedad y por cuestiones económicas hemos decidido darle un precio variable para utilizarlo en nuestras transacciones comerciales.

Y como el tema de este blog es la peluquería, este post lo dedico al tiempo y su relación con esta profesión.

Para muchos profesionales esto es un asunto “tabú”. Preguntar a  algunos cuanto tiempo tardan en hacer un determinado corte, parece una auténtica “herejía”, a pesar que es lo primero que deberían saber, antes de empezar a hacerlo.

Nos guste o no, el tiempo de cada servicio es lo único que podemos medir para dar precio, en función del precio/hora que hayamos decidido previamente. 

Lo demás no podemos medirlo, salvo los productos.

Un buen corte, tiene un precio real y medible con el tiempo en minutos que hemos tardado en hacerlo.

El arte, la calidad técnica, el estilo, la moda, la precisión, la experiencia, la habilidad manual etc …. Todas esas cosas, pueden estar muy bien;  pero son  valores añadidos que no se pueden medir y que tal vez  ayuden que la clientela vuelva a buscarte, pero no puedes obligarla a que te las pague.

Además ¿Cuántos euros cuesta tu estilo o tu arte o tu precisión?¿Por qué te quejas de que la clientela no valore ciertas cosas? ¿Quién te ha dicho que ella quería comprarlas?.

Si un servicio determinado cuesta por ejemplo 20 euros y para que sea rentable, según lo único que podemos medir, se debe emplear 15 minutos de tu tiempo, lo que has de hacer es emplear toda tu técnica, tu arte y lo que quieras, en que el trabajo quede a la mayor satisfacción posible de la clienta. “ Pero en 15 minutos “ .

Todo lo demás son historias que te han metido en la cabeza, pero no te sirven para nada. Una técnica práctica y rápida, que además obtenga un magnífico resultado apreciable por la clienta, requiere una profesionalidad alta, no es fácil, pero es lo que cuenta y quizás un poco menos de ese “tremendo “arte que todos tenemos o que nos han hecho creer que tenemos .

Saludos

Angel Denic

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