EL PEQUEÑO FUMADOR

Y yo, ¿cómo lo veo? - my blog

(Adaptación del cuento: “El niño del Parque”)

Angelito corría incansable por los senderos del “Parque de Maria Luisa” perseguido por Lolita, su cuidadora; que con su avanzada edad era incapaz de mantener el ritmo de aquella pequeña y veloz criatura.

Como cada día, Lolita cumplía órdenes de D.Ángel, el severo y amantísimo padre de aquel diablillo vestido de blanco: “Mientras no llueva; haga frio o calor el niño irá cada día al parque”.
Dentro de su paseo, Angelito vivía diariamente una singular experiencia.

Volaba para llegar al “estanque de los patos”. Normalmente, por allí se encontraba Zacarías el guardia jurado, era uno de los vigilantes del parque.
Del contacto frecuente con Angelito, había nacido una entrañable amistad entre ambos.
El hombre, lo veía venir corriendo, y a la par que se agachaba para nivelar las estaturas, abría los brazos.
El pequeño se lanzaba contra él. Zacarias lo abrazaba, cerrando los brazos, y poniéndose de pie, lo levantaba hasta su altura con la consiguiente alegría infantil.
“Arriba, arriba” gritaba animando al guarda a subirlo a mayor altura.
Tras el saludo venía la pregunta de rigor por parte de Zacarias: ¿Qué, echamos un cigarrito?

Zacarías, fumador empedernido, siempre llevaba en la comisura de los labios un pequeño purito. El niño había observado que su papá también llevaba otro tubito del que salía humo, solo que el tubito de su papá era blanco y el de su amigo, marrón.
Él también quería lanzar humo. Un día el guardia le dió una idea mejor. 
Los cigarrillos de los mayores echaban humo pero los de los niños estaban dulces.¿Qué te parece? Preguntó Zacarías. Bien, respondió sorprendido.

El buen hombre se acercó al puesto de chucherías, pidió un trozo de palo de regaliz, sacó su navaja, cortó la medida de un cigarrillo, y rascó la corteza de un extremo. El niño lo chupeteó, y encontró un dulce sabor.
Desde aquel día, durante un rato fumaba un cigarrillo de regaliz acompañando a su amigo Zacarías.

Al cumplir cinco años comenzó a asistir a la escuela, y dejó de pasear por el parque. Perdió el contacto con su amigo y también dejó de fumar. No tenía sentido fumar sin él.

Tiempo después, y aún hoy, solo fuma para hacer compañía a algún amigo fumador, después de alguna cena ocasional.

                                                       Saludos

                                                              Ángel  Denic

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  2 comments for “EL PEQUEÑO FUMADOR

  1. 21/09/2023 a 12:36 pm

    Muy bien llevado el relato y como siempre muy entretenido ,adelante maestro

  2. Angel Denic
    26/09/2023 a 7:34 pm

    Muchas gracias por tu atención, me comprometo a ello, seguiremos.

    Un saludo
    Angel Denic

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