Hace unos días, cuando estaba casi terminada la subasta de cargos en la Generalitat de Cataluña, hablaba sobre el tema un comunicador de radio, que además de gran profesional, es el colmo de la ironía y dijo, con gran seriedad : “ Si siguen aumentando los componentes de la C.U.P. les auguro un pésimo porvenir a todos mis amigos del Gremio de Peluqueros”. ¡¡Qué razón tenía..!!
Claro que todo el mundo tiene derecho a arreglarse el pelo ó la ropa como le dé la gana, nada que discutir, pero en un parlamento en el que las formas y la solemnidad deben prevalecer, me parece que presentarse con camisetas, alpargatas y unos cortes de pelo hechos entre amigos, con unas “pintas”, perfectas para tomar unas cañas, en el bar de la esquina, no es de recibo. Claro está que son “antisistema” “antinosequé” y “antinosecuantos”, muy respetable y democrático, pero eso que tiene que ver con ir de trapos. ¿Qué quieren demostrar? ¿Qué la presencia física y el cuidado personal no les importa, porque lo importante es la lucha por el pueblo? . ¿Qué pasa, que los políticos trajeados son “chorizos”? ¿Y si vas hecho un “mindundi” eres un tipo honrado y legal?. Claro, que la sorpresa mayúscula fué cuando se presentó el nuevo Presidente de la Generalitat ; creo que el Gremio de Peluqueros debería hacer una protesta por el mal lugar en que nos deja con ese corte de pelo, de verdadera pena.

Falta lo mejor, porque ayer 13 de Enero se inauguró la feria (perdón ) el parlamento de España; vimos de todo, desde una señora que se presentó con el bebé en brazos, a “descamisados” con unos “pelajos” impresentables; un grupo de ciclistas en el que muchos no habían subido en bici desde niños; unos juramentos de fidelidad preparados a modo de proclamas particulares; falsas lágrimas de emoción porque el pueblo ha entrado en el parlamento; vamos, todo un circo orquestado para llamar la atención.
Todos estos “señores”  que siempre tienen la boca llena de cultura y progresismo deberían pensar que tener un aspecto más presentable y más cuidado, también es cultura, progresar debe ser en todos los aspectos, incluido, aunque no parezca tener importancia, vestirse cada vez mejor, además las tiendas de ropa y las peluquerías también crean “puestos de trabajo”. Convertir progreso en vulgaridad general y querer demostrar honestidad y cambio por ir con “camisas sudadas” ó hacer “chorradas” en un parlamento no creo que sea lo mejor.
Es cierto que una imagen externa de lo más vulgar y ordinario no impide ser un magnífico parlamentario y excelente persona, pero, las formas y la imagen de seriedad y solemnidad de una institución es la que hace que, de entrada, nos la tomemos en serio ó como un circo con sus payasos, ( con mi máximo respeto por los payasos profesionales).

Saludos
Angel Denic