Ángel Deníc

 

En 1965 entró como aprendiz en uno de los salones Llongueras de Barcelona.  Permaneciendo en la empresa durante 5 años, hasta conseguir el cargo de Director de Salón.

Posteriormente, en el momento de máximo auge y moda del uso de pelucas, como especialista en su corte y peinado, estuvo  durante 18 meses como Encargado de Sección, para el corte, adaptación y venta de pelucas en el centro : Plaza de Cataluña de EL CORTE INGLES.

A partir de 1973 en que ocupa un cargo directivo en un importante centro de estética de Barcelona y tras alguna incursión como socio en negocios  de peluquería, en 1982 creó su propio Salón en Barcelona.

Actualmente combina el desarrollo del proyecto NICBCN  con DIAGONALSYSTEM y la gestión de peluquería NIC. Autor de libros sobre rentabilidad de peluquerías. Y del método “Diagonal System” para la gestión de Pymes de peluquería.

 

 

Un día de suerte

Un día de la penúltima semana del año 1965 por puro azar, tuve la idea de entrar  en un salón de peluquería de la calle Balmes de Barcelona, era uno de los cuatro locales que tenía la que para mí era la mejor empresa de peluquería que había en la ciudad. Empresa que más tarde se hizo famosa nacional e internacionalmente.

Entré sin más y pedí trabajo como aprendiz. La recepcionista, mi inolvidable Sra. Montserrat, me atendió como sólo ella sabía hacerlo, consultó con el director y, aunque parezca increíble, me dijo que podía empezar la semana siguiente, la última de 1.965.

Durante los cinco años que permanecí en la empresa tuve la suerte de aprender con profesionales de una calidad inigualable; de ser ayudante de un magnífico técnico de colores; de recibir enseñanzas frecuentes de uno de los mejores psicólogos, D. Carlos Muñoz Espinalt. Incluso unas clases personales para director de salón. Un puesto, que aunque yo mismo no estaba seguro de poder ejercerlo a la perfección, debido a mi juventud e inexperiencia; se me dio la oportunidad de ocupar.

Y por encima de todos estos “golpes de buena suerte”, tuve uno, el mayor de todos: recibir de manera directa del creador de la empresa, las enseñanzas y las ideas que me han permitido poder avanzar sin problemas en toda mi vida profesional. Aprendí a buscar la razón, el cómo y el por qué de cualquier técnica que aplicamos en nuestra profesión ¡los detalles son muy importantes! puedo decir que marcó mi forma de pensar y hacer, en todo! no sólo  en  peluquería. De lo que me siento muy orgulloso. Nunca se lo dije personalmente. ¡Muchísimas gracias D. Luis!